“Diario de Moscú”
Por
Roberto Famá Hernández
Miembro
de la Asoc. Arg. de Crítica e Invest. Teatral
La vida y la obra de Walter Benjamin, uno de los
pensadores más influyentes en la filosofía de nuestro tiempo, fue atravesada
por su amor hacia Asja Lacis, directora
y actriz de teatro nacida en Letonia, cabalmente comprometida con la Revolución
de Octubre. Una “comunista excepcional”
además de “una de las mujeres más
excepcionales que he conocido”, dijo de ella el mismo Benjamin y reconoció
en su diario, que ella lo convirtió en un “hombre
nuevo”. Se conocieron en Capri, durante el verano de 1924. Asja Lacis y Walter Benjamin se enamoraron y también se
criticaron desde el primer momento: Lacis tenía claro que el principal objetivo
de su proyecto de vida era facilitar la transformación revolucionaria de la
sociedad “Quería ser un buen soldado de
la Revolución” Ella le habló
del teatro infantil proletario. Benjamin
de su obsesión por “El origen del drama
barroco alemán” Discutieron por eso. Luego
ambos volvieron a encontrase en Nápoles. Después en Riga donde ella dirigía, de
manera ilegal, el Teatro de los Trabajadores integrado por actores obreros. Un
año después, el 6 de diciembre de 1926 Walter Benjamin llegó a Moscú. El
principal motivo del viaje era reencontrarse con Asja Lacis, aunque Benjamin alegó
otras razones: conocer la situación de la revolución rusa para decidir su
militancia o no, en el Partido Comunista de Alemania, además, escribir sobre la
ciudad y visitar el mausoleo de Lenin. Desde aquel 6 de diciembre hasta el 1 de
febrero de 1927 Benjamin relató cada momento vivido en lo que se llamó “Diario de Moscú” donde quedaron muy
claras las dos frustraciones que le esperaban en Moscú: la amorosa y la del
pensamiento.
Damián Dreizik y Alfredo Allende adaptaron con gran
solvencia el texto de “Diario de Moscú”
para el teatro. Allende tomó para sí también la dirección y Dreizik asumió la
composición de un Walter Benjamin sobre el escenario que es impecable: la genialidad
en el pensamiento y la fragilidad del alma humana, el deseo y la frustración,
son la piel de este difícil personaje; evidentemente hay un trabajo del actor muy profundo de
investigación en la vida y el pensamiento de Benjamin para salir airoso de
semejante desafío; sin ese profesionalismo sería imposible lograrlo y el
público lo reconoce en el prolongado aplauso final.
Anita Gutiérrez dueña de una presencia escénica muy
fuerte, interpreta con acierto a una Asja Lacis que vive internada en una clínica, que puede simular ser una desequilibrada
mental o serlo, poco importa, que sí es una apasionada por la revolución, una
mujer enamorada de dos hombres o de ninguno. La credibilidad escénica que Anita
Gutiérrez le imprime a su personaje nos habla de una actriz consolidada con
mucho para dar.
Ramiro Agüero interpreta al dramaturgo austriaco Bernhard
Reich, pareja sentimental de Asja Lacis, a él le toca el difícil rol de ser el
tercero en discordia, pero no sólo en el triángulo amoroso, sino también en el
intelectual; Bernhard acompañará a Benjamin en sus fríos paseos por una Moscú
saturada de nieve, le mostrará que los logros de la revolución no son
inmediatos, que hay demasiadas necesidades, que el estalinismo incipiente
perfora la libertad de los intelectuales, que Trotsky no podrá dar su discurso,
que el Mausoleo de Lenin está cerrado y que Asja sólo necesita continuar su
reposo en esa Clínica y de los cuidados que únicamente él, Bernhard, puede
darle. El trabajo de Agüero también está muy logrado, se afianza principalmente
en una acertada expresión corporal, es un hombre castigado por el frio y el
exceso de alcohol, es el personaje que soporta y espera algo que sabe que nunca
verá llegar. Completa la puesta la música incidental en vivo de Marcelo Katz y
por momentos, sobre una pequeña pantalla se proyectan brevemente imágenes del
cine mudo ruso con algunas tomas de la Moscú de esos años.
Damián,
¿qué crees vos que los separó más, sus diferencias intelectuales o las
realidades sentimentales?
A mí lo que me fascinó del libro original “Diario de Moscú” es que está todo
mezclado, por eso también tenía ganas de contar esto, hay algo que es que él se
enamora de ella marxista, ella le inculca el marxismo, entonces, hay algo del
amor que es atravesado por eso, él se enamora de ella marxista.
Pero
él no adquiere el mismo compromiso con el marxismo, ¿o sí?
No, no, es que Benjamín es un caso muy extraño; uno no
puede decir que no estaba comprometido, en su vida fue un hombre osado, que
realmente fue a Moscú a ver si se afiliaba al Partido Comunista Alemán, y
después tuvo una amistad con Brecht, de hecho, medio se fue su vida en ese
compromiso, porque escribía y opinaba, sí era un libre pensador, sí no se ataba
a ningún dogma y sí tenía su criterio y su pensamiento, que por eso no era
académico y no se encuadraba en ningún esquema, por eso no se afilió finalmente
al Partido Comunista Alemán porque no entraba en su lógica, pero yo creo que
había algo muy personal porque él se definía marxista pero era un marxista muy particular,
mezclado con judaísmo, y era muy particular.
Ahora,
ella se definía más como una proletaria.
Sí, su historia es terrible. Ella tiene un origen humilde,
un devenir como más ruso, porque el tema de la actuación lo adquiere más
adolescente, y después es deportada por Stalin, estuvo diez años en un campo de
trabajo, luego ella sale y se queda en Rusia, o sea…
Volviendo
al hecho creativo inicial de la obra, ¿cómo idearon el texto y que tiempo les
llevó?
Mirá, estuvimos con Alfredo laburando mucho tres meses
todos los días y sobre la escritura íbamos ensayando, fue un trabajo así. Y un
trabajo de investigación total en lo que nos resonaba, nos concentramos en El
Diario, leímos algunos textos teóricos y algunos literarios y de hecho hay
algunos textos de otros libros en la obra.
Tu cita con Asja Lacis y Walter Benjamin
es los Viernes 21 Hs.
en el Teatro Anfitrión
Venezuela 3340 (CABA)
FICHA ARTÍSTICA - TÉCNICA :
Texto de Walter Benajmin, adaptación de Damián Dreizik y
Alfredo Allende
Elenco: Damián Dreizik, Anita Gutiérrez, Ramiro Agüero
Música e intérprete: Marcelo Katz
Escenografía y vestuario: Julieta Ascar
Diseño gráfico: Victoria Quintiero
Diseño de iluminación: Lucía Feijoo
Asistencia de Dirección: Mariela Kantor
Producción ejecutiva: Lorena Carrizo
Prensa y comunicación: Carolina Maldonado
Dirección: Alfredo Allende
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