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19/6/15

Franz & Albert: Una nueva propuesta de la dupla Diament-Marcove en El Tinglado


Franz & Albert
Un encuentro posible



Por Roberto Famá Hernández
Miembro de AINCRIT (Asoc. Invest. y Crítica Teatral) 

Todo indica que se conocieron, o mejor dicho que es casi imposible que Franz Kafka y Albert Einstein no hayan coincidido en algún encuentro en Praga, quizá en alguna mesa del Café Louvre en la calle Narodni. Pero más probablemente fue una mujer; Berta Fanta, la esposa del farmacéutico, quien los presentó, en alguna de las reuniones de intelectuales que organizaba en su casa, a las que asistía asiduamente Kafka y su amigo Max Brod y a las que seguramente se sumó Einstein con su violín, alguna noche entre 1911 y 1912, en tiempos en que enseñaba física teórica en la Universidad Karl-Ferdinand, justamente la misma donde Kafka había estudiado Derecho.

En este muy probable, pero nunca documentado encuentro, se inspira Mario Diament para entregarnos una nueva propuesta, que llega al escenario de El Tinglado de la mano del experimentado director Daniel Marcove.

El trabajo de investigación de Diament resulta realmente notable, conociendo profundamente la obra de Kafka delinea desde allí claramente el personaje del escritor checo cuando Kafka aún no era Kafka y “La metamorfosis” no había sido escrita. Con Einstein en cambio construye el personaje analizando declaraciones, cartas y escritos y sobre ese andamiaje nos entrega un Einstein de 32 años que no había concluido aún sus trabajos de investigación científica.

Entre, Franz y Albert hay coincidencias: ambos eran judíos, escribían en alemán, preferían la dieta de vegetales, gozaban de dar largos paseos e incluso sus respectivos padres llevaban el mismo nombre: Hermann. Pero estas coincidencias aparecen muy menores ante sus diferencias, sus vidas, sus miradas del mundo parecen opuestas, a veces complementarias, pero siempre provocadoras de debates que inquietan al espectador. Ni Diament desde la dramaturgia ni Marcove desde la dirección y puesta en escena, dejan que la trama se desbalance, que un personaje se imponga, que un mundo se desmorone ante el otro, ni en el plano intelectual ni en el humano y, justamente por eso, la exposición de ideas, el rico debate, no ahoga lo teatral, emerge lo insalvablemente humano de ambos personajes y ahí la teatralidad; los sentimientos se exponen, se contradicen, chocan y se complementan, la culpa, el amor, la soledad, los miedos, ante un siglo XX que amanece amenazante, aparece ahí. La inteligencia, la ironía, el humor son caminos que la dupla Diament-Marcove conocen perfectamente y que les permite recorrer con acierto un desafío semejante.

Muy lograda la composición de ambos actores con sus respectivos personajes: Miguel Sorrentino es Kafka, sus miedos, su sentimiento de culpa, su pesimismo se dibujan en su personaje sin desbordarlo, es un actor medido, sumamente expresivo desde el cuerpo y la palabra, busca aprovechar cada silencio, cada gesto para no desperdiciar ni un solo momento de escena. Julián Marcove sabe que por ser el hijo del director la lupa caerá sobre su trabajo, pero seguramente no lo inquieta, se juega y acierta con un decir aplomado de raro acento y una expresión corporal abierta, de brazos extendidos y amplia sonrisa, con lo que logra componer un Einstein joven, ameno, que disfruta de tocar el violín, de jugar a los naipes, fumar buen tabaco sin dejar de ser el genio que puede arrancarle al mundo sus secretos más complejos y descifrarlos de manera simple y sencilla y al tiempo dejar aflorar sutilmente la angustia que ese mundo habitado por seres humanos le provoca.

Luego de la función hablamos con el director Daniel Marcove y esto nos dijo:


Daniel, una obra con conceptos complejos pero expuestos de una manera muy simple. ¿Cómo se logra eso?

Me dio su obra Mario y vi que allí había un mundo muy rico, muy sensible más allá de la racional y lo imaginé así, como un encuentro muy encantador. Por eso aposté a que sean dos actores jóvenes, me parecía que tenían que tener la misma edad de los personajes. Uno en una primera lectura piensa que debería acudir a actores de mayor edad porque el texto es complejo, hicimos varias audiciones y estoy muy feliz de haberme decidido por ellos, porque tanto Miguel Sorrentino, como mi hijo Julián Marcove, hacen un hermoso trabajo.

Sí, muy buen trabajo de ambos. ¿Y aprovechaste alguna aptitud puntual de Julián en el manejo habilidoso de los naipes, para explicar jugando con cartas algunos conceptos complejos?

No, tuvimos un asesor de prestidigitación, de magia con naipes, que fue un trabajo extra muy importante y lo mismo un asesor en lo científico que nos ayudo mucho en eso. La idea de usar naipes estaba ya en el texto porque Einstein era de jugar con naipes, pero sentí que con sólo mostrar los naipes no alcanzaba, había que desplegar toda una serie de escenificaciones y eso tenía que estar también en otros momentos y como el teatro es magia, había en ese juego una asociación muy rica con lo escénico.

A foro, detrás de esa puerta, por la música del salón que llega, nos sugerís un poco la vida social de la que ambos se aíslan, se excluyen, pero a la que a su vez aplauden y a proscenio, en el lugar del público, está el mundo real, también ajeno y vos los sitúas a ambos personajes un poco en el medio de ambos mundos, ¿es así?

Sí, totalmente. Ese mundo atrás de escena no estaba en la obra, pero yo desde la puesta sentí que tenía que hacerlo presente, que esa reunión en casa de Berta Fanta continuara y que la música llegara, y sí, esa era también mi mirada, que ellos estaban en el medio de ambos mundos.

Es muy difícil a veces no tomar partido por uno o por otro, vos tratas de igualarlos, hay momentos donde les das hasta el mismo discurso postural ¿no?

Sí, yo traté de que se creara esa relación equilibrada entre dos personas distintas que no se conocían hasta llegar a un punto de comunión muy fuerte y no se sabe que pasara luego entre ellos cuando atraviesen la puerta, pero que sin dudas habrá sido un encuentro inolvidable para ambos y para los espectadores.

Vos con Diament tenés una amistad de más de 30 años, juntos han generado ese otro éxito formidable que no para de convocar espectadores, que es “Tierra del Fuego” Y te pregunto, ¿en qué ayuda y en que entorpece el hecho creativo del director cuando hay una relación tan honda con el autor?

No, es todo a favor, sin duda! Yo lo conozco hace treinta y pico de años porque trabajé como actor en dos de sus obras, pero luego la vida continuó y aunque varias veces estuvimos a punto de trabajar juntos como autor y director no lo pudimos hacer y sí retomamos el vínculo con “Tierra del Fuego” que estamos ya en el tercer año y nos sigue dando enormes gratificaciones. El teatro es confianza y generosidad y cuando uno trabaja con confianza, con respeto y generosidad, es todo a  favor, no hay nada en contra, a pesar de que se pueda no estar de acuerdo y polemizar, siempre es a favor.

Hay momentos de la obra donde el personaje de Kafka tiene mucho de “Joseph K” el personaje de “El Porceso” de Kafka y en otros momentos tiene algo de “Gregorio Samsa”  de “La Metamorfosis” o toma el perfil propio de Kafka de “Carta al padre” en cambio Einstein parece mucho más lineal, ¿no?

Claro, porque de Einstein había mucha más biografía documentada y la idea era que Kafka tuviera el perfil de sus personajes, es más ficcional que biográfico, pero los dos están dentro de ese encuentro imaginario tan mágico.


Le agradezco a Daniel su cordialidad y me voy pensando que tiene razón, un encuentro realmente mágico y le sugiero que antes de ir al teatro, despliegue sobre su mesa un mazo de naipes franceses, como hacía Einstein, y verá que son 4 los palos de la baraja como estaciones tiene el año, que 52 son las naipes, como semanas tiene el año y que si suma todos los puntos serán 365 y para los años bisiestos le queda el comodín. ¿Casualidad esta relación con el tiempo ? ¿Causalidades, tal vez? Una sensación de asombro mágico le dejará ver a Franz y Albert en casa de Berta Fanta. No se la pierda.



Ficha técnica artística

Autoría: Mario Diament
Actúan: Julián Marcove, Miguel Sorrentino
Diseño de vestuario: Daniela Taiana
Diseño de escenografía: Tito Egurza
Diseño de luces: Tito Egurza
Realización escenográfica: María José Crivella
Realización de vestuario: Matices
Música original: Sergio Vainikoff
Fotografía: Gianni Mestichelli
Diseño gráfico: AIres MedIa
Asesoramiento en magia: Pablo Kusnetzoff
Asesoramiento Teórico: Juan Pablo Paz
Asistencia de dirección: Lardena Stilman
Prensa: Daniel Franco, Paula Simkin
Producción ejecutiva: Florencia Carreras
Producción general: Orit Koif, Stella Pergolesi
Dirección: Daniel Marcove
EL TINGLADO TEATRO
Mario Bravo 948 (CABA)
Teléfonos: 4863-1188
Entrada: $ 200,00 - Sábado - 22:30 hs
Entrada: $ 200,00 - Domingo - 20:15 hs

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