“Rat – Farsa Trágica”
Dramaturgia y
dirección Juan Mako
Por Roberto Famá
Hernández
Miembro de AINCRIT (Asoc. Arg. de Crítica e Invest. Teatral)
¿Puede
el arte considerarse una mercancía más del mercado? ¿Quién le puede poner
precio al arte?
John Ruskin fue uno de los críticos de arte más
influyente de la Inglaterra del siglo XIX y sostenía tozudamente que el
artista debía mantenerse al margen del mercado, no dejarse influir por él y que
le correspondía a otros, al Estado o a los privados, determinar el precio de cada
obra de arte, considerando la destreza del artista y el esfuerzo invertido en
realizarla, como si fuera un trabajo más a destajo. Así fue que en 1878 Ruskin
escribe una crítica en la que acusa al pintor James Abbott McNeill Whistler de
haber cobrado un precio demasiado elevado por una pintura suya titulada “Nocturno en negro y oro: la caída del
cohete” que parecía – según Ruskin -
haber sido hecha con precipitación y cierto descuido, que era como
"arrojar un cubo de pintura a la cara del público". Whistler, enfurecido, le inició una larga y
costosa demanda judicial a Ruskin, alegando que el precio de su obra no se
correspondía con el tiempo que tardó en realizarla sino en el conocimiento que
había adquirido para hacerla y que eso le había llevado toda la vida. El
artista ganó el juicio, pero le ocasionó la bancarrota, porque la indemnización
que le fijaron y pudo cobrar, fue apenas de un cuarto de centavo.
La mercantilización del arte es un tema difícil de
desentrañar. Las ciencias sociales, más específicamente la sociología, ha
desarrollado en la segunda mitad del siglo XX una nueva disciplina; la
sociología del arte, que se impone el objetivo de estudiar el arte como
producto de la sociedad humana, analizando los diversos componentes sociales
que concurren en la creación artística. Pero tampoco desde allí se ha podido
saldar el tema y las preguntas siguen abiertas: ¿Puede el arte considerarse una
mercancía más del mercado? ¿Quién le puede poner precio al arte?
Estos interrogantes fueron el punto de partida que llevaron
a Juan Mako a escribir y dirigir: “Rat – Farsa Trágica” espectáculo que resultó ganador en Artes
Escénicas de la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires 2015 y fue producido por
la Bienal. Su tutora en la Bienal, la directora Ana Alvarado dijo sobre “Rat
– Farsa Trágica” “... Es una
propuesta que recurriendo a la farsa trae al debate un tema complejo y muy
actual ¿De quién son los derechos? ¿Quién tiene derecho? En tiempos del copyleft
una pregunta desde la escena sobre el concepto de eso que llamamos obra”.
Juan Mako no intenta una respuesta a estos interrogantes,
más bien busca generar más preguntas y acierta al elegir el subgénero de la “Farsa”
donde desde la crítica social se mezcla el humor y lo absurdo con el dramatismo.
Y acierta también al utilizar el recurso de “teatro dentro del teatro” y
plantear una circunstancia de submundo, desorden y suciedad en una puesta casi “en
espejo” en donde le imprime al público la sensación de estar espiando ubicado del
lado de atrás de la escena, de estar observando lo que nunca le van a mostrar
del mundo teatral. ¿Y, cómo lo logra? Uno de los artilugios es que gran parte
del tiempo los personajes se presentan de espaldas al público, como si el
espectador estuviese ubicado al revés, en el detrás de escena,viendo “ un raro ensayo de teatro nocturno que se ve interrumpido ante la aparición de
un universo sobrenatural, patético y absurdo que reclama lo que no se puede, ni
se debe, reclamar. El poder se presenta impune bajo la máscara menos
reconocible; muerde y atenta por la libertad de las especies y en contra del
arte.”
Luego de la función hablamos con Juan Mako y
esto nos dijo:
Juan, está claro que el tema de la mercantilización del
arte te inquieta: ¿Cómo nace, más que la idea, la necesidad de escribir esta
obra?
Nace
a partir de que yo estaba trabajando el año pasado en mi cursada en la
Universidad Nacional de la Artes, sobre un autor argentino y una obra suya del
año 85, que trataba sobre unos actores ensayando en un lugar un poco precario,
un tanto marginal. Pero cuando averigüé por los derechos de esa obra, me enteré
que los tenía una agencia literaria muy poderosa, que tiene en su cartera mucho
teatro y nos pedían una cifra inmoral para los que es el teatro independiente y
más para un director joven del teatro independiente. Entonces, bueno, después
de pensar y pensar sobre esa obra que tenía ese germen sobre el cual yo quería
hablar, me vi en la obligación de armar “Rat – Farsa Trágica” y a la idea
original la comencé a vincular con otras cosas de las que también me interesaba
hablar, y preguntarme: ¿cuáles son los límites del poder y cómo el poder puede
atentar contra el arte?
Hay una dialéctica íntima entre teatro y sociedad. ¿Puede
haber, entonces, un teatro no
capitalista en una sociedad capitalista?
Sí,
claro que lo puede haber. Es necesario que lo haya, pero también claro hay del
otro, porque claro, el teatro es un espejo de lo que sucede en todo sentido, es
como que necesitamos hacer en teatro algo que la sociedad o la vida no nos da una
respuesta. Desde la precariedad de recursos también se construye poesía y se
construye arte, se dice “algo”. Hay un teatro que va totalmente en contra de las
lógicas del capital, y por eso, esto que
nos pasó, que nos pedían 2.500 euros para dejarnos representar una obra de un
autor ya fallecido, había que denunciarlo, ponerlo en juego. Hay como un sistema
mismo dentro del teatro que nosotros hacemos de legitimación de las obras que
también es un poco raro y que nos deja un poco fuera de estas lógicas; sabemos
que estamos en un margen, si bien estamos dentro de la Bienal de Arte Joven y
logramos un financiamiento, lo logramos porque al jurado le gustó lo que
tenemos para contar. Hay autores, hay actores y hay directores que entran
dentro de la lógica mercantilista, y hay muchos otros que no. Yo me quedo
sabiendo que hay algo que queremos decir y que no es frívolo ni es superficial,
hay algo que nos interesa contar, y es algo que está pasando en el arte, pero
también se puede transpolar a otros ámbitos y ése es el objetivo del teatro,
que no pretende cambiar a nadie, pero sí mostrar lo que está pasando. Hace poco
me enteré que el Cirque du Soleil ha comprado un ritual mexicano que era esto
de los volatineros que vuelan en el aire en plena calle y compraron esa cultura
que es azteca, que es milenaria, que pertenece a México y compraron los
derechos de ese ritual y ahí hay un problema: que ahora haya que pedirle
permiso a los gerentes del Cirque du Soleil para hacer ese arte, me parece una
locura.
“Rat
– Farsa Trágica” tiene aciertos y desaciertos propios de lo que
pretende, que no es la excelencia sino la búsqueda, pero tiene también lo más saludable
que puede tener nuestro teatro: talento joven y empecinado en hacer visible lo
invisible, en mostrar lo que muchos, por costumbre o fatiga no ven. “Rat – Farsa Trágica” se presenta los lunes de noviembre en
HastaTrilce; le sugiero que no deje de
lado esta cita con “los que se vienen” de nuestra escena.
TEATRO
HASTATRILCE
Maza
177 (CABA)
Teléfonos:
4862-1758
Lunes
- 21:00 hs - Hasta el 23/11/2015
Ficha
técnica artística
Dramaturgia: Juan Mako
Actúan: Martín Bertani,
Nicolás Deppetre, Tom Harris, Guido Losantos, Melisa Otranto
Diseño de vestuario: Emilia
Pérez Quinteros
Diseño de escenografía: Emilia
Pérez Quinteros
Diseño de luces: Natalia
Bianchi
Realización de objetos: Matias
Bereslawski
Edición de sonido: El Pájaro
Films
Fotografía: Julia Celeiro
Ilustrador: Tom Harris
Diseño gráfico: Tom Harris
Asistencia artística: Laura
Correa
Asistencia de escenografía: Eliana
Laura Itovich
Colaboración en dramaturgia:
Laura Correa
Dirección: Juan Mako
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