El Ángel de la Culpa
de Marco Antonio de la
Parra
Un crimen. Un investigador y
el supuesto asesino en una particular batalla por conocer la verdad. Las
evidencias parecen irrefutables y las circunstancias son el pretexto para
aligerar la conciencia. "Estamos
siempre vagando por el infierno y quieren que seamos puros" Un viaje
hacia los sentimientos más oscuros del ser humano, como la doble moral, la
hipocresía, el machismo, la desconfianza, el adulterio y la corrupción.
Por
Roberto Famá Hernández
Miembro
de la Asoc. Arg. de Crítica e Invest. Teatral
Pasaron ya 40 años desde que Marco Antonio de La Parra surgió
a la dramaturgia chilena con “Matatangos,
(Disparen sobre el zorzal)”, y obtuvo una Mención de Honor en el Concurso
de Dramaturgia de la Universidad de Chile -cuyo primer premio fue declarado
desierto – Poco después conoce la amargura de la censura cuando en 1978, la
Universidad Católica censuró su obra “Lo
crudo, lo cocido, lo podrido” En estos 40 años dio a conocer una larga
lista de títulos, que entre teatro, novelas, cuento, guión y ensayos superan ya
los 70. Uno de los escritores contemporáneos más destacados, sin lugar a dudas,
de todo Chile y que ha logrado merecido reconocimiento en varios países de
Latinoamérica y Europa y traducciones de sus libros a varios idiomas.
Médico cirujano también desde 1975, médico psiquiatra después,
une, a su sensibilidad artística, sus conocimientos médicos de la mente humana y
una preocupación constante por las tensiones y las violencias sociales. En sus
obras por lo general los personajes juegan posturas e imposturas, caretas que
caen y desnudeces varias del alma humana que, como las cáscaras de la cebolla,
se suceden irremediables, una como consecuencia de la anterior y detrás de todas
sólo queda la nada del ser, su pequeñez, su oscuridad profunda.
En “El Ángel de
la Culpa” esto lo logra magistralmente: aquel que se siente “un arcángel, una
especie de Dios menor que patrulla la ciudad” y que reclama “un ejército de
ángeles con espadas de fuego” para purificarla, construye sobre andamiajes de
prejuicios, fobias y violencia, una irrealidad de supuestos para la que reclama
legitimidad, una irrealidad en la que “morir de amor sea igual a matar por
amor”
Un texto inteligente donde no falta la ironía, el humor
ácido, que nos habla de traumas sociales pero sin complejidades, un texto crudo
del que Osmar Nuñez no desperdicia momento alguno, puebla de sentido cada
palabra, hasta la más pequeña inflexión. Su actuación es correcta y el trabajo
de Walter Bruno es también destacable, transita el silencio y el monólogo
interior de su personaje durante casi toda la obra y a su trabajo no le falta
ni le sobra nada, dosifica y equilibra el dramatismo necesario en cada pasaje.
Otro acierto es la escenografía de Alejandro Mateo,
paredes en blanco, negro y gris sin ninguna línea curva, hasta en el juego de
sábanas sobre la cama que parece una continuidad de las paredes, dan la
ambientación necesaria sin dejar trascender nada sobre el carácter de los habitantes de
aquel lugar.
Evidentemente a Dora Milea le “calza” perfectamente la obra de Marco Antonio de la Parra, sabe manejar el misterio, los tiempos en que cada cáscara de la cebolla debe desprenderse, logra el equilibrio entre la emoción y la conmoción que viven los personajes y el resultado es una obra de teatro altamente recomendable, que le sugiero no dejar pasar, la conjunción entre texto, actuación y puesta es impecable.
Ficha técnica artística
Autoría: Marco Antonio De La Parra
Escenografía: Alejandro Mateo
Diseño de luces: Leandra Rodríguez
Realización de escenografia: Manuel Escudero
Música original: Julieta Milea
Fotografía: Akira Patiño
Diseño gráfico: Javier Garcia, Diego Medvedocky
Asistente de producción: Andrea Giglio
Asistencia de dirección: Andrea Giglio
Prensa: Simkin&Franco
Dirección: Dora Milea
TEATRO
PAYRÓ
San
Martin 766 (CABA)
Reservas:
4312-5922
Entrada:
$ 140,00 / $ 90,00 - Domingo - 20:00 hs - Hasta el 29/11/2015
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